Emocionante la imagen antes de comenzar el encuentro con el abrazo de dos mitos de la historia rojiblanca como son Diego Pablo Simeone y José Francisco Molina, compañeros durante el Doblete y ahora adversarios en el banquillo del Atlético y del Villarreal respectivamente.
Dejando a un lado sentimentalismos, los dos equipos necesitaban la victoria. Si comparamos la trayectoria de ambos podemos ver que son casi parejas en cuanto a lo negativo.

Simeone por su parte parecía haberse dado cuenta que Adrián y Arda Turan hoy por hoy son imprescindibles en el equipo y varió el dibujo para darles entrada e intentar mejorar la imagen ofensiva que el equipo dejó ante el Málaga. Además las bajas le obligaban al técnico a experimentar en defensa con Juanfran en el lateral derecho y Miranda como pareja de baile de Godín en el eje de la defensa.
El Atlético salió muy ordenado con una especie de 4-4-2 en las que podíamos ver a Tiago y a Gabi más retrasados para recuperar rápido el balón y conectar con los de arriba. Sorprendió como salió el equipo que se hizo rápidamente con la posesión del balón y comenzó a cercar a los castellonenses en su campo. Muy bien Tiago, al que la llegada del nuevo técnico parece haberle quitado años de encima, porque lo cortaba todo y no solamente eso, sino que además sacaba la pelota con muchísimo criterio. Junto con Gabi, tomaron el mando del partido. Por su parte Filipe y Juanfran se incorporaban con bastante acierto al ataque, sobre todo el español que se mostró muy participativo y siempre aparecía para dar alguna alternativa a Diego, Adrián o a cualquiera que pasase por allí.

Con el Villarreal echado atrás iban a comenzar a llegar las primeras oportunidades con un Arda Turan que buscaba con calidad la espalda de los centrales amarillos. Dos de las ocasiones más claras nacieron de sus botas pero ni Diego ni Falcao vieron puerta.
Las sensaciones eran inmejorables hasta el momento; el equipo defendía, presionaba, y a la hora de salir a la contra lo hacía con alegría y velocidad. También hay que decir que el Villarreal perdía muchísimos balones y dejaba bastantes espacios en defensa.
Comenzó a surgir en el partido la figura de Adrián, que cada vez que está sobre el césped demuestra que es un grandísimo jugador. Quizás el único “pero” que se le puede poner al chaval es que a veces peca de generoso, como en una ocasión en la que sólo, prefiere dejársela a Falcao que no consigue llegar antes que el defensor.
Otro motivo por el que el partido había creado expectación era ver la reacción de la grada en el minuto 25 después de dos semanas en las que Twitter había echado humo contra los dirigentes rojiblancos. Bien es cierto que en ese minuto el Atlético gozaba de ocasiones muy claras como un disparo de Arda desde la frontal o una falta que Godín remata fuera de cabeza, pero aun así se esperaba que la grada hablara y dejase claro una vez más que no quiere tener unos dirigentes como estos al frente del club de sus amores. Silencio absoluto.
En lo que al partido se refiere el equipo rojiblanco monopolizaba las ocasiones del encuentro y en el minuto 40 iba a encontrar el premio a una buena primera parte con una gran jugada que empieza Adrián retrasando la pelota a Tiago que se la devuelve al asturiano a la espalda de la defensa. Adrián (siempre generoso) se la dejo atrás a Falcao para que este rematase la jugada.
La segunda parte comenzó como acabo la primera, dominio total por parte del Atlético que en el minuto 6 iba a conseguir el segundo gol del partido después de un taconazo de Adrián que dejaba solo al Tigre. Penalti y decimo primer gol para el colombiano en liga. Adrián increíble, si el Cholo no le conocía creo que el chaval ya le ha dejado claras sus virtudes; desmarque, clase y sobre todo una inteligencia para leer el juego que beneficia a todo el equipo.
El Villarreal intentaba reaccionar con jugadas de Zapata y algún ataque guiado por Valero pero Gabi y Tiago estaban perfectos en la recuperación e incluso Miranda parecía tener su día acompañado de un gran Godín. Otro de los destacados, Diego, demostraba que con el balón en los pies pocos tienen tanta técnica y deleitaba al Calderón guiando el ataque del equipo. Partido impecable del brasileño que iba a marcar el tercer tanto a pase de Filipe ya en el 34 de la segunda parte. Bueno el centro, pero mejor la definición; control con el pecho, la baja al suelo y disparo colocado con el interior para poner a la afición a sus pies.

El Calderón era una fiesta; cánticos a los futbolistas, a Simeone (sobre todo al nuevo técnico) e incluso a Molina. Hasta se pudo escuchar tímidamente algún canto contra la directiva. La ilusión parecía haber vuelto a la grada.
Mientras podemos decir que prácticamente terminó el partido ya que Nilmar falló una de las pocas ocasiones del Villarreal y a Gabi se le marcho fuera una falta con el tiempo cumplido.
Luis Eduardo López González
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