Decíamos la semana pasada, ante el partidazo que se iba a disputar en el Estadio Olímpico que enfrentaría a los dos equipos de la capital, que por un lado o por otro, pero probablemente Roma ardería. Pues finalmente las llamas saltaron por el lado giallorosso. La Lazio, que acudía como visitante y como tal llevaba esos horribles pantalones azules oscuros que ya luciera contra nosotros, fue capaz de imponerse por 1-2 en un duelo condicionado por la expulsión en los primeros minutos de Stekelenburg, guardameta de la Roma, en un lance muy parecido al penalty que le costó la roja a Courtois en nuestra última visita al Bernabéu. Hernanes no titubeó en el lanzamiento y, aunque poco después Borini firmó el provisional empate, la empresa era muy difícil para los locales. Superar al tercer clasificado con un jugador menos y con la verbena que lleva siendo la defensa de los de Luis Enrique toda esta temporada es misión casi imposible. Así, cuando a mitad del segundo tiempo Mauri volvió a desnivelar el marcador, la Roma asumió que no había nada que hacer y que este año, por primera vez en este siglo, iba a perder los dos derbies del campeonato.
Otro foco de interés estaba en la visita del Catania a Milán para medirse al Inter, con nuestro viejo amigo Ranieri jugándose la vida. La cosa pintaba muy mal para los nerazzurri, que llegaron al descanso dos goles abajo y con las pocas esperanzas que les quedaban de clasificarse para Champions totalmente quemadas. Pero en el segundo tiempo, dos viejos rockeros como Milito y, sobre todo, Forlán, decidieron que ya estaba bien y que tocaba ponerse el mono de trabajo. Los diegos, con un tanto cada uno, lograron que el tanteo fuera de 2-2 a falta de 10 minutos. De ahí no se movería, pues Pazzini falló una oportunidad clara a última hora. No faltan hinchas de la Beneamata que lamentan el resultado, ya que el punto conseguido sirve de poco de cara al a clasificación, pero da fuerza a Ranieri para continuar en el banquillo, al menos, una semana más.
Por su parte, el Milan sigue a lo suyo, ganando con autoridad insultante. Llegó a Palermo, vio y venció. Sin despeinarse. Cierto es que todo resulta más fácil si está de vuelta un tal Ibrahimovic, que se sacó de la manga un hat trick. Cierto es también que los sicilianos están en horas bajas, bajísimas, muy lejos de las plazas europeas con las que soñaba al principio de temporada. Pero oigan, un 0-4 fuera de casa no lo consigue cualquiera.
El Milan es cada vez más líder gracias a su superioridad y, por supuesto, a los pinchazos de sus perseguidores. Sin ir más lejos, la Juventus se dejó dos puntos en un partido a priori sencillo, contra el Chievo en casa. Lo intentó, estuvo cerca de la victoria, pero un error de Bonucci en un despeje selló el 1-1 definitivo. El entrenador juventino, Antonio Conte, fue bastante criticado por su planteamiento, excesivamente conservador para enfrentarse a un rival débil, y por los cambios, tardíos y quizás no muy atinados. Con todo, la Vecchia Signora se queda a cuatro puntos del Milan; una distancia asequible, teniendo en cuenta que aún no ha perdido un solo partido y que este miércoles debe jugar un encuentro que tenía aplazado.
El choque más vibrante de la jornada fue, sin duda, el Parma-Nápoles. Esto no sorprenderá a quien esté acostumbrado a ver a ambos clubes, especialmente a los napolitanos, que con su tridente ofensivo en plena forma (Hamsik está algo flojo, pero lo compensa el plus de esfuerzo que está aportando últimamente Cavani) es un rival incomodísimo para cualquiera que se ponga por delante. De hecho, el delantero uruguayo, en una actuación sensacional, forzó el penalti del primer gol, que él mismo anotó tras cazar el rebote de su propio lanzamiento fallido, y dio a la tercera punta, Lavezzi, el pase del definitivo 1-2. Este segundo gol, por cierto, llegó tras clamoroso fuera de juego. Entre eso y un penalti, también clarísimo, no pitado, en Parma tienen razones esta semana para quejarse del arbitraje. Aunque tampoco les vendría mal trabajar un poco la puntería: tuvieron infinidad de ocasiones, merecieron mucha mayor fortuna, pero el único capaz de mandar un balón al fondo de la portería fue el central Zaccardo...
Del resto de partidos lo más destacable es la goleada, 3-0, que le metió el Siena al Cagliari y que, por un lado, da mucho aire a los toscanos, y por otro podría meter en algún lío a los sardos, que tienen un cómodo colchón de puntos sobre el descenso pero están últimamente bastante irregulares. Esta victoria permite al Siena, 17º, alejarse bastante del primero de los puestos de caída a la Serie B, que ahora mismo ocupa el Lecce; los calabreses no pudieron pasar del 2-2 contra un Genoa cómodamente instalado en mitad de la tabla. Los otros dos billetes del infierno parecen estar adjudicados desde hace tiempo; uno será para el Novara, que cayó 1-0 en Bolonia, y el otro para el Cesena, derrotado 2-0 por la Fiorentina en un partido en el que lo más noticioso fue la lesión del atacante viola Jovetic. Casi sentenciadas las cosas por abajo, este año el Calcio tiene más interés por arriba, donde está en juego no sólo el título, sino también las plazas europeas.
Esta semana tenemos fútbol por partida doble. El miércoles se recuperan tres partidos aplazados por las nevadas de febrero: los poco trascendentes Cesena-Catania y Parma-Fiorentina y, sobre todo, el Bolonia-Juventus que, en caso de fracaso bianconero, puede dejar el título medio decidido. Ya el fin de semana tenemos la jornada 27, que a priori no debería suponer muchos cambios, ya que los grandes tienen enfrentamientos fáciles (Milan-Lecce, Genoa-Juventus, Lazio-Bolonia, Nápoles-Cagliari y Palermo-Roma, entre otros). Pero ya sabéis, esto es Italia: hacer predicciones es una pérdida de tiempo.
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1 comentarios:
A Luis Enrique se le acaba el crédito. Lo veo como sustito de Guardiola si este se va.
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