Aires del Manzanares.

No es fácil ser colchonero y vivir fuera de la capital, lo reconozco. Seguramente no pueda sentir lo mismo que un aficionado que visita el Calderón con frecuencia y mucho menos si de pequeño fui culé.
Todo tiene una sencilla explicación: Un niño al nacer no puede decidir cosas como de qué equipo será, qué carrera estudiará o cuál será su cantante preferido.
Pero el quid de la cuestión viene cuando se vive en Barcelona o Madrid, por narices, el 90% de la población allí residente será de el Barcelona o el Real Madrid y el 10% restante, del "Atleti, el Espanyol, el "Geta", el Rayo...

Cuando eres pequeño, sin madurez, quieres lo mejor, el que más gane, el que más tenga y el que más pueda fichar, sin pensar en nada más. Pero con el paso de los años te das cuenta de que lo esencial no está en el dinero, ni en los títulos, ni en ser el más "guay" de tu barrio por llevar una camiseta de CR7 o Messi. Es tan superficial que nadie te dirá nada.
Lo bonito es salir a la calle con una camiseta del Atleti por Barcelona, y encontrarte a otro que está en la misma situación que tú, mirarse a los ojos, después al escudo y que uno de los dos suelte un: "Aúpa Atleti!"
Muchas veces me preguntan cómo es posible que me cambiase de equipo con 15 años, basándose en que el Barcelona lo gana todo, y el Atleti no gana nada. Yo les respondo lo siguiente: Para mi el mejor equipo no es el que más gana, es el que me hace más feliz y salir a la calle con la camiseta del atleti no lo cambio por nada.

Mario Tomey
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